La noche es un espacio cerrado, sin luz ni calor, que vigoriza las sombras. Sus arcos invisibles y sospechosos, son ojos que sueñan sin decir nada. Pero por toda la esfera de direcciones que la rodea, se nos escapa -vuela- por precipicios infinitos, siempre abierta a posibilidades que aún no existen. Así es su magnífica contradicción, su belleza previa, su configurable magnitud.
2 comentarios:
¡Sí señor!
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